Una vez recabadas las diferentes fuentes desde las que se puede obtener financiación para sufragar un negocio o proyecto, es el momento de abordar otras posibilidades o productos financieros que tener en cuenta a la hora de emprender un negocio.
Poco a poco, en los últimos años, se han extendido una serie de fórmulas o productos financieros que han ampliado las posibilidades del emprendedor, autónomo y pyme. Las más destacables, por su uso y utilidad, son:
en primer lugar, necesitamos distinguir entre aquellos productos financieros que sirven para la adquisición de bienes de inversión y los que se utilizan para la financiación de las facturas pendientes de cobro.
Comencemos por los que se refieren a la adquisición de bienes de inversión:
- El leasing: consiste en un alquiler, con opción a compra, de un bien de inversión. Esta fórmula se suele aplicar a bienes de una cierta entidad, tales como maquinaria, vehículos o un amplio lote de equipos informáticos. La gran ventaja de esta opción es que facilita la disposición del bien aunque, lógicamente, los intereses son mayores. Sin embargo, como aspecto positivo encontramos que es un gasto deducible a nivel fiscal. Si te interesa esta figura, pregunta en tu entidad bancaria.
- El renting: consiste en el alquiler de un bien de inversión, en este caso y a diferencia del leasing, sin opción a compra. Los autónomos, cada vez con mayor frecuencia, utilizan este método a la hora de adquirir sus vehículos.
- Crédito de proveedores o compra a plazos.
Por su parte, para la financiación de las facturas pendientes de cobro encontramos los siguientes productos financieros:
- Confirming: consiste en gestionar los pagos de una empresa cliente a sus proveedores que, a cambio del pago de unos intereses, pueden cobrar sus facturas antes del vencimiento. Si tienes como cliente a grandes empresas o administraciones de cierto tamaño (diputaciones, ayuntamientos, etcétera), puedes preguntarles si disponen de línea de confirming y con qué entidad financiera trabajan.
- Factoring: es la cesión o venta a un intermediario comercial y financiero, generalmente un banco, de los derechos de cobro sobre facturas de nuestra clientela con un precio establecido de antemano. Se usa sobre todo en grandes empresas.
El objetivo del centro de negocios en Madrid Castellana Business Center es que las necesidades de nuestros clientes, ya sean los que han alquilado un despacho, domiciliado una sociedad o requerido los servicios propios de las oficinas virtuales, estén puntualmente atendidas. Por ello, en el post del próximo miércoles se analizará el momento adecuado para financiar un negocio.
Hasta entonces… ¡buena semana!