Si el lunes pasado hablábamos sobre las claves o recomendaciones que llevar a cabo cuando un emprendedor se enfrentaba a la exposición de su proyecto ante un inversor, hoy vamos a tratar justamente lo opuesto. ¿Qué errores deben evitarse al presentar un business plan ante un posible inversor o consultor?
Vayamos a ellos:
- El primer error que no debes cometer es no conocer el perfil del inversor que tienes enfrente: en qué suele invertir, qué es importante para él… Toda la información que de él manejes serán puntos a tu favor a la hora de interpretar su lenguaje verbal y no verbal y más seguro te sentirás para establecer con él un diálogo.
- El business plan resumido tiene más de 10-20 hojas: es denso, la letra es pequeña y está mal escrito o tiene errores ortográficos. Si adviertes alguna de estas características, evidentemente, hay que modificarlo.
- Decir que no hay competencia: si hay algo que a un inversor no le cuadra es esto precisamente. No es malo per sé, pero es un síntoma que levanta alarmas ya que si dices que no hay competencia, esto se puede deber bien a que no existe un mercado o bien a que no conoces a la competencia. Pongámonos en el caso de que has descubierto un mercado nuevo: ¿has tenido en cuenta lo arriesgado que esto es? ¿Y los fondos que se requieren para abrirlo? Y, yendo más allá: ¿el tiempo para hacerte con ese mercado nuevo? Sin duda, estos factores serán tenidos en cuenta por tu potencial inversor.
- No dejo hablar al inversor ni escucho sus comentarios: ¡muy mal! Ya que has conseguido una reunión con un inversor, los expertos recomiendan reservar, como poco, la mitad del tiempo disponible para responder a sus preguntas y discutir un posible acuerdo.
- Si necesitas una hora para explicar tu proyecto, es muy probable que lo mejor sea que le des una vuelta… Por norma general, tan sólo contarás con 30 minutos para explicarlo y otros 30 para las preguntas.
- Me pongo en modo defensivo ante las críticas y me justifico en lugar de dar las gracias y decir que pensaré una estrategia para mejorarlas. Por lo tanto, la correcta actuación en este caso es no defenderse ni justificarse ante las críticas. El inversor es una persona que ve cientos de proyectos al año y que tiene una visión muy amplia del sector. Cuando da feedback, hace un regalo… así que valóralo, agradécelo y dile que analizarás lo que te ha comentado.
- Mentir o no reconocer que no sabes algo. Si no sabes algo, lo mejor es admitirlo y, nunca mentir. Así es como se empieza mal una relación laboral: y más, si el inversor te pilla: oportunidad perdida, la confianza se habrá desvanecido.
- No ser capaz de explicar perfectamente lo que haces. Esfuérzate en definir, de forma clara y perfectamente comprensible, tu propuesta de valor y sobre todo, tu modelo de negocio; es decir, cómo vas a ganar dinero.
- No hinches demasiado el valor de tu empresa: si el inversor pregunta por qué elegiste esa valoración de tu empresa y no eres capaz de explicarlo de forma convincente y razonada, quedarás muy mal.
- Los emprendedores que no sueltan bajo ningún concepto capital y que no comparten ni un pequeño porcentaje con otros fundadores o puestos clave no están bien vistos.
- Pedir los fondos para pagar sueldos, comprar muebles o subir salarios. El capital que un inversor llegue a invertir en tu startup irá destinado a mejorar el producto y a hacer más grande y valiosa la empresa. Es decir: marketing, expansión, nuevos servicios, etcétera; ese dinero nunca se destinará a pagar sueldos, deudas con proveedores…
- No hablarle de su papel. Nunca debes olvidar explicarle claramente a tu inversor por qué lo quieres a él, y sobre todo, cuánto dinero le vas a hacer ganar.
Con estos consejos ya estás algo más preparado para enfrentarte a tu gran reto: presentar tu proyecto ante tu posible inversor.
En el centro de negocios Castellana Business Center sabemos, por la experiencia de nuestros clientes, lo difícil que es esta tarea. Y el consejo que siempre mencionan es “hay que tener confianza en uno mismo y en lo que representas”.
Si el camino es difícil es porque vas en la dirección correcta. ¡Suerte!