Real, aunque a algunos la idea les pueda parecer que ha sido sacada de ‘El libro de los disparates’.
La startup española, canaria para más señas, Get Your Time es la primera plataforma a nivel mundial que vende tiempo a través de internet. Desde el pasado 6 de marzo “ofrecemos la posibilidad de comprar algo realmente revolucionario, el tiempo”, explica Lucas Ordieres, arquitecto canario de 30 años y uno de los tres fundadores de esta empresa.
A través de la web, usted como persona física o su negocio podrá efectuar la compra de un día o un período de la historia pasada o futura. Tras ello, obtendrá un “Título de Propiedad de Tiempo”. Para que Get Your Time pueda emitir estos certificados, “hemos adquirido esta propiedad ante notario público y ha sido debidamente presentada ante las Naciones Unidas (ONU), el 27 de Marzo de 2013”, expone Ordieres.
Visto el concepto de la compañía, muy probablemente, lo primero que se nos viene a la cabeza es ¿y por qué alguien querría comprar tiempo, precisamente?
El también propietario y director de Marketing y Relaciones Públicas de Get Your Time, Daniel Hernández, lo argumenta de la siguiente manera: “el tiempo es un producto exclusivo, de lujo, ya que cada día es único”. Para Ordieres, lo importante es “el valor” que se le da al concepto de “ese día en cuestión que adquieres”.
Sin embargo, los fundadores de esta startup tienen otros argumentos por los que han sacado adelante la idea. En primer lugar piensan que sus potenciales clientes pueden querer adquirir tiempo por hacer “un regalo original, por especular o por motivos publicitarios”. Y, añade Hernández: “comprando un día tendrá la garantía de que le pertenecerá de forma exclusiva. Podrá regalarlo, revenderlo o subastarlo al precio que considere… También tendrá un espacio en nuestro calendario que podrá personalizar”.
Estos empresarios tienen meridianamente claro que si su empresa estuviese basada en una cuestión meramente de provecho o rendimiento ellos no tendrían sentido: “no es una cuestión de utilidad. Es un valor personal lo que motiva a la gente a comprar tiempo, valor personal propio o expectativas de un valor personal ajeno a quien revender tu propiedad”.
Más o menos despejadas estas dudas, ahora puede que le intrigue saber cómo funciona esto de comprar días. La forma de proceder, explican sus promotores, es “simple”: se elige un día, se clica sobre él en la página web y ya está; lo ha adquirido.
Para no dejar ningún periodo sin cubrir, esta empresa se apropió de todo el tiempo posible: desde el Big Bang, ocurrido hace unos 13.700 millones de años, hasta el Big Crunch, momento en el que todo desaparezca dentro de unos 100.000 millones de años aproximadamente.
¿Cuánto cuesta un día?
Depende de si es un día con algún hecho reseñable o no. Por poner dos ejemplos: los días más económicos se cotizan a 4,99 euros. El 11 de septiembre de 2001, 291.000 euros.
Y, ¿es esto legal? ¿Puede alguien declararse dueño del tiempo?
Estos jóvenes empresarios argumentan que existe “un acuerdo internacional por el que ningún país puede declararse dueño de los objetos celestes (se refieren al tratado del espacio exterior), pero no dice nada de las personas, y ese hueco fue aprovechado por particulares para reclamar la propiedad del Sol y la Luna, por ejemplo. Sin embargo, en el caso del tiempo, no hay ni siquiera una mención en ninguna normativa”.
No obstante, tal y como recoge El Confidencial, el abogado y consultor de Estrategia Digital para Empresas y Administraciones Públicas, Borja Adsuara, la respuesta a si esta actividad sería legal es afirmativa, pero con matices.
[“Según los documentos legales facilitados a Teknautas por Get Your Time y consultados por Adsuara, se confunde la realidad del tiempo con la unidad de medida o magnitud del tiempo, pero ni la primera es una realidad apropiable (propiedad material mueble o inmueble), ni la segunda es una obra de creación (propiedad intelectual) o invención (propiedad industrial) original suya.
Por eso, la ocurrencia de Get Your Time se puede considerar una curiosidad pero no un negocio serio. “Lo más sorprendente no es que se declaren dueños del tiempo, sino que haya gente que les crea y se lo compre”, comenta Adsuara divertido.
Considera que no hay en principio un problema legal, aunque sí podrían darse denuncias por publicidad engañosa al decir que son dueños del tiempo “cuando realmente no pueden serlo”.
“La intervención del notario aquí no hace otra cosa que crear una copia de seguridad del documento en el que ellos mismos se declaran propietarios del tiempo, pero eso no significa que efectivamente lo sean”.
En su opinión han aprovechado el prestigio de la profesión para darle un barniz de legalidad a su idea, sobre todo ante quienes no tienen conocimientos profundos sobre derecho de la propiedad] (fin de cita).