¿Jefe inaccesible? No, gracias.
El jefe inaccesible encerrado en su oficina ya no impone. Los empleados quieren trabajar, codo con codo, con sus superiores para sentir que todos forman parte del mismo proyecto y que su aportación es imprescindible. La claridad con el equipo aumenta su compromiso y como consecuencia, la productividad.
La transparencia empresarial es un reto para muchas compañías. La visión, la misión y los valores de la empresa son algo más que conceptos escritos en los estatutos. Cualquier persona que trabaje en la compañía debe sentirlos como propios.
Un informe de Tiny pulse muestra que sólo cuatro de cada diez trabajadores comparten la filosofía de su lugar de trabajo. El resultado de esta falta de entendimiento se traduce en pérdidas del tejido empresarial y falta de compromiso.
El liderazgo del buen jefe del siglo XXI pasa por relacionarse con sus trabajadores, reunirse con ellos de manera habitual e informarles de los resultados y objetivos de la empresa. Pequeños detalles que no suponen un gran esfuerzo ni coste económico pero ayudan a crear un clima laboral más agradable, cercano y transparente.
Los trabajadores comprometidos comparten una serie de creencias y actitudes que, vistas en su conjunto, reflejan el aspecto clave de la salud de la empresa.
El compromiso es un camino de doble vía entre empresa y trabajador. La satisfacción crece desde dentro de la organización hacia afuera. El personal implicado transmite su energía, piensa en las necesidades del cliente como forma de potenciar su propio trabajo y el de la organización.
Trabajadores motivados y comprometidos
Estudios realizados ponen de manifiesto que las empresas con trabajadores muy comprometidos tienen una media del 29% de mayor beneficio, un 50% más de clientes leales y un 44% más de posibilidades de dar la vuelta a unos resultados negativos que las empresas con trabajadores menos involucrados o satisfechos.
El éxito de las empresas depende del alineamiento estratégico de audiencias críticas. Por ello, hay que incluir a los clientes, accionistas, proveedores y, por supuesto, a los trabajadores.
El concepto de compromiso engloba las siguientes premisas: satisfacción, implicación, orgullo de pertenencia y vinculación.
Los trabajadores motivados y satisfechos son el primer eslabón de una cadena que conlleva a una mayor lealtad de los clientes derivando ello en un aumento de los beneficios en la empresa.
En un mundo tan competitivo y globalizado como el actual, las empresas buscan valores agregados que constituyan un beneficio diferencial y de distinción a la competencia. Muchas veces la ventaja comparativa está personificada por los trabajadores.
Las gerencias participativas son una buena alternativa para el continuo mejoramiento del ambiente laboral, pues en este tipo de administración el empleado es escuchado y es considerado, no sólo como persona que ejecuta su tarea, sino también como un generador de ideas y fuente de aportes para mejorar los procesos.
Cuando el personal es consciente de que le tuvieron en cuenta, eleva su nivel de motivación y pertenencia dentro de la compañía.