Apenas transcurridas las primeras 48 horas desde la entrada del verano de 2015, aún no hemos tomado del todo conciencia de lo que nos espera: altas temperaturas durante el día, niños sin cole, noches de insomnio por el calor y, para colmo,… los desagradables e inútiles mosquitos.
Quizá, usted sea de ese 80 por ciento de la población a la que no le pican los mosquitos pero seguro que conoce a alguien del 20 por ciento restante que se convierte en el plato fuerte de estos insectos tan molestos que nos desvelan en las noches estivales. Si no son sus picaduras de facto, son sus amenazantes zumbidos que nos indican, normalmente en la mitad del sueño, que un nuevo ataque está en ciernes.
La primera curiosidad digna de destacar es que sólo los mosquitos hembra pican. La explicación, científica, por supuesto, la encontramos en que la sangre humana les sirve para producir sus huevos. Los mosquitos hembra localizan a sus presas gracias a una combinación del olfato y la visión. Esto lo hacen ayudados por 72 antenas receptoras de olores, 27 de las cuales detectan los químicos presentes en el sudor.
El entomólogo Phil Koehler, de la Universidad de Florida, explica cómo el metabolismo y la química del cuerpo son factores decisivos a la hora de que un mosquito se sienta más o menos atraído por una persona. Y esta atracción, irresistible para estos insectos puede cambiar con el paso del tiempo.
Los científicos han encontrado que los mosquitos, entre otras cosas, huelen desde grandes distancias las sustancias que emite el cuerpo humano.
Cuando las personas tienen elevadas concentraciones de esteroides o de colesterol en la superficie de la piel, los mosquitos pululan a su alrededor. También se sienten atraídos por las personas que producen mucho ácido (por ejemplo, el ácido úrico) ya que son sustancias fuertes que estimulan sus olfatos. Sin embargo, la sustancia que mejor identifican los mosquitos, por excelencia, es el dióxido de carbono (CO2).
Los mosquitos eligen a sus víctimas en función de la cantidad de CO2 que emiten al respirar. Por eso las mujeres embarazadas, las personas mayores, las que acaban de realizar ejercicio físico o las personas altas tienen todas las papeletas para ser picadas por un mosquito ya que éstos detectan una corriente con pulsaciones de dióxido de carbono y la identifican como una fuente de sangre fresca de la que chupar.
El ácido láctico que emitimos al respirar o a través del sudor también atrae a estos insectos. Por eso las personas más altas, aquellos que han terminado de hacer deporte y las mujeres embarazadas son un blanco doblemente perfecto para los mosquitos.
Otra curiosidad la encontramos en la conclusión que se desprende del informe publicado por el Journal of the American Mosquito Control Association que concluye que tras la ingesta de mucha cerveza o demasiado queso aumentan significativamente los ataques de los mosquitos.
Otras razones que los expertos destacan para que los mosquitos se sientan seducidos por nuestro olor son:
- No bañarte: a mayor suciedad, mayor atracción. Y si son los pies los que están sucios; ¡perdición! El mal olor de pies es un manjar irresistible para ellos.
- Los colores oscuros: un estudio desarrollado en Japón demostró que a los mosquitos les fascinan los colores oscuros. Sienten predilección por el rojo y el negro. El gris y el azul se consideran colores neutros para estos insectos mientras que el verde y el amarillo son los colores que menos les gustan.
- Usar perfumes o colonias dulces o florales.
Y si pensabas que el dulzor de tu sangre influye a la hora de que te piquen más o menos los mosquitos, algo de base científica tiene esta afirmación.
Diversas investigaciones han revelado que, efectivamente, existe una relación con los sacáridos en la sangre ya que este compuesto es el que alimenta a las bacterias en la piel. Y dado que las bacterias son las que dan el mal olor al sudor pues volvemos a la causa de que los mosquitos, aún estando a grandes distancias, tienen un olfato depuradísimo en el que el sudor y la suciedad son caramelos a los que no se pueden resistir.
En este sentido, estudios holandeses evidenciaron que los mosquitos evitan a las personas con una alta cantidad de bacterias en la piel así como a los que tienen muy pocas. Es decir, que prefieren a aquellas que tienen un ecosistema equilibrado.
Por último, y en cuanto a grupos sanguíneos se refiere, el grupo 0 es el que más le gusta a los mosquitos por ser el grupo sanguíneo que más proteínas tiene. Por su parte, el grupo B tiene un riesgo intermedio y el grupo A un riesgo bajo.