Aprendiendo a ser persuasivo (2ª parte)

¿Puso en práctica alguno de los consejos del jueves pasado? ¿Le parece ahora más fácil ser persuasivo? ¿Ha conseguido motivar, persuadir a otras personas, para que voluntariamente acepten su forma de ver las cosas y tengan en cuenta sus planteamientos?

Quizá, ha preferido esperar al día de hoy para tener una visión de conjunto y elegir entre aquellas indicaciones que le resultan más fáciles de llevar a cabo.

Sea o no sea así, sin mayor dilación, veamos lo que nos falta.

La persona que sabe persuadir cumple con las siguientes premisas:

6.- ¿Le suena sea claro y conciso? Si no posee esta habilidad, practíquela ya que las personas persuasivas se expresan de manera rápida y sencilla.

7.- Son honestos, auténticos, naturales, originales. Tienen tal confianza en sí mismos y saben cómo destacar sus puntos fuertes que transmiten la impresión de ser realmente interesantes.

8.- Saben escuchar, captar y comprender los puntos de vista de los demás.

9.- Realizan buenas preguntas, buscando la información que les falta o que precisan, dando al mismo tiempo la impresión de estar más atento e implicado en la conversación y en el caso particular de su interlocutor.

10.- Una vez compilada y ordenada toda la información, se hacen una buena situación de lugar.

11.- Dan una muy buena primera impresión. Manejan con destreza esos siete primeros segundos, claves, en los que nos formamos una idea sobre la persona con la que estamos hablando. Las primeras impresiones están muy ligadas al lenguaje corporal, a un apretón de manos firme, a una sonrisa, a una correcta postura… Esto puede hacer que la balanza se incline hacia el sentimiento de simpatía y buena consideración.

12.- Saben cuándo es el momento de parar y retirarse. No presionan hasta decir basta. Abandonan antes de que sea tarde ya que persuadir no es insistir de manera desagradable.

13.- Se dirigen a sus interlocutores por su nombre, algo clave en las relaciones personales ya que nos mostramos más receptivos, cómodos y con mayor confianza cuando nos apelan.

14.- Son agradecidos, atentos, colaborativos.

15.- Son conscientes del poder positivo de una sonrisa pero hacen un uso natural de ella.

De estas 15 claves obtenemos las siguientes reflexiones:

      • Es más convincente un mensaje cuando conecta con el sistema de creencias de nuestro interlocutor.
      • Las estrategias argumentativas, cargadas de razones son más difíciles de ejecutar pero producen efectos más duraderos que las estrategias identificativas en las que se ofrece la oportunidad de hacer algo que otros hacen.
      • A mayor cualificación y racionalidad del receptor, más argumentativos habremos de mostrarnos.
      • La demostración ayuda mucho a que se produzca el efecto de imitación. Los ejemplos son más motivadores y se asimilan mejor que los mensajes teóricos.
      • Cuanta más confianza se respire más fácil será que la otra persona exponga sus dudas y dificultades. Cuanto mayor sea la distancia, aumenta el riesgo de que se simulen los cambios y la persuasión resulte ineficaz.
      • Y, por último, siempre que podamos, aportemos experiencias, personales o ajenas, que casen bien con nuestra línea argumentativa.